Con mucha emoción hace unos días recibí de manos de su autora, un ejemplar de
Volver del abismo. Una novela hermosa, plena de sentimientos, que me
hizo reír y llorar a la vez.
Con la generosidad de siempre, con su
humildad, con su empuje y perseverancia, Laura G. Miranda no deja de
sorprenderme con su prosa poética, profunda.
En un café a las
apuradas, como siempre son nuestros cafés, tempranito, aún adormiladas,
me hizo entrega del objeto más preciado para una lectora: su libro. Su
segunda novela, de las publicadas,
porque en verdad esta es su tercera novela. Una novela que le salió de
las entrañas y que me conmovió de manera singular, porque supe muy bien
los pormenores y los por qués de la misma.
Una novela que tiene un plus, que marca una bisagra en su carrera de escritora.
Con gran emoción vi que figuro entre los agradecimientos, aunque ella y yo sabemos que no hacía falta, allí estoy.
Te agradezco Laura por tanto cariño sincero, por tu don de gente, por esa espontaneidad cuando leés mis proyectos de novela y los criticás constructivamente. Me río mucho de tus quejas por los escenarios que elijo, o esos nombres raros impronunciables. Sé que lo hacés desde tu corazón. Agradezco cada uno de tus gestos para conmigo y para con mis hijos.
Así comienza Volver del abismo.
"Los recuerdos se les derritieron en el alma del engaño. Bajo sus pies, el dolor ardía su fuerza y era más fuerte que la venganza. Sobre ese dolor caminaban hacia un destino incierto. La mentira los hería de muerte, de olvido y de sinsabores. Comenzaron a hundirse en el vacío que los acompañaría por mucho tiempo."
No pueden dejar de leerla.