La lectura... mi inseparable compañera y amiga
desde que tengo uso de razón. Ella jamás me abandonó, jamás me traicionó y
siempre, siempre, tuvo bellas palabras para mí.
A través de ella viajé en el tiempo y el
espacio, leyendo ciencia ficción, enamorándome de marcianos y seres de otros
planetas.
Luego incursioné en las historietas que leía
papá y me creí guerrera, luchando junto a Nippur de Lagash, Dago y tantos otros
seres fantasiosos.
No le escapé al oeste y fui muchachito
pistolero, montando siempre un corcel brioso y disparando con precisión.
La adolescencia me volvió romántica y leí todas
las novelas rosa habidas y por haber. Más tarde me aboqué a los autores
latinoamericanos y ellos decidieron quedarse conmigo para siempre. Con ellos
lloré, viajé, conocí ciudades y costumbres, me enamoré una y mil veces, hice el
amor y también la guerra.
Enredada en los policiales, a veces clásicos,
otras negros, tejí mil y una historias en mi mente y en mi corazón, siempre de
la mano de un libro.
Sigamos sumando lectores y tratemos de
atraparlos desde su más tierna edad.
Opino igual!!! besos.-
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