sábado, 27 de abril de 2013

MI PROXIMA NOVELA

COMO SABEN, NO PUEDO ANTICIPAR NADA SOBRE MI PROXIMA NOVELA, SÓLO CONTARLES QUE AYER RECIBI LOS BOCETOS PARA LAS POSIBLES TAPAS.
GRANDE FUE MI EMOCION AL LLEGAR EL MAIL, DADO QUE NO LO ESPERABA, ASÍ, SIN PREVIO AVISO.
COMO HABIA ANUNCIADO, EL 03 DE MAYO A LAS 17 HS. ESTARE FIRMANDO EJEMPLARES DE TORMENTAS DEL PASADO EN EL STAND DE LA EDITORIAL. Y TAMBIEN ME ENCONTRARE CON LAS PRUEBAS DE GALERA DE LA NUEVA NOVELA.
FALTA POCO, PARA TODO FALTA POCO, ¡PERO COMO CUESTA ESPERAR!

miércoles, 17 de abril de 2013

TOC


No sé por qué los demás me dicen que tengo manías, o tocs como suelen decirle ahora a ciertas costumbres que caracterizan a las personas.
Soy un tipo normal, como cualquier otro. Tengo 35 años, vivo solo desde hace diez, soltero y no solterón como suelen tildarme. Ocurre que todavía no encontré la mujer que logre que mi concentración al escucharla permanezca durante más de cinco generosos minutos y que a su vez tenga las piernas de Tina Turner. Las piernas podría resignarlas, pero el aburrimiento no.
Sé que soy especial, pero no obsesivo, sino cuidadoso. A nadie daño con tener las camisas colgando de la percha mirando hacia un mismo lado, ni que estén ordenadas por color desde las más claras hasta las más oscuras. Vivo solo, por tanto el ruidito que hacen las bolsitas de plástico al sacar las remeras del estante sólo lo escucho yo, aunque ni siquiera lo oigo, ya me acostumbré. De esa manera las chombas no se llenan de pelusas y la tela conserva siempre esa semi rigidez de la ropa nueva. Es mi gusto.
Tengo poco pelo y lo llevo casi al rape, pero eso no quita que lo cuide y le dedique baños con shampoo especial, dos para ser preciso, porque el uso del mismo producto genera acostumbramiento. Por ese tipo de cosas me tildaron de maricón, como si cuidar del cuerpo en toda su extensión fuera cosa de maricones. Discriminadores, no tienen idea de cuánto me gustan las mujeres. Y el prejuicio se acentúa porque nunca me  conocieron una novia o una amiga íntima. Soy muy discreto en mis relaciones, ¿para qué exponerme si  todavía no llegó  la indicada?
No soy materialista pero cuido mis cosas. No me gusta que vengan a mi casa y apoyen cosas sobre la mesa de madera, ni siquiera soporto que pasen sus dedos por la misma. Sólo tienen que aguantar que ponga el mantel individual antes del café o del vaso. Me gusta agasajar a la visita, es más, soy un excelente cocinero, pero deben seguir mis indicaciones para no agriar la comida.
Lo que más me indigna es esa gente que llega y va directo a mi nutrida biblioteca. Si tantas ganas tienen de leer que vayan a una librería. Me enerva sobremanera que saquen y pongan libros, que los abran y miren la biografía del autor como si les interesara, para después devolverlos al estante en un orden incorrecto. No se dan cuenta que están ordenados alfabéticamente, así sé en cada momento dónde buscar el autor con el que quiero deleitarme en las frías y solitarias noches de invierno, porque la lectura es para los meses de encierro.
Reciclé mi departamento, lo hice a mi entero gusto y lo llené de espejos, y no porque sea narcisista, de lo cual también me acusaron. Al parecer disgusto a todo el mundo, pero bien que me llaman cuando necesitan que les anime una reunión. Nadie se resiste a los acordes de mi guitarra ni a mi voz de tenor. Soy un artista y ellos lo saben. Acudo desinteresadamente a cuanta fiesta, evento o cumpleaños me convoquen para tocar y cantar. Debería hacer de ello una profesión y empezar a cobrar; sin embargo mi alma generosa no me lo permite, lo hago con todo el amor que un artista puede esparcir sobre su obra. Y me colman de aplausos y agradecimientos, para luego criticarme.
Cuando armé el departamento compré un somnier, era algo que me debía. Nada mejor que un buen descanso en una gran cama mullida. Más de uno me dijo que mi dormitorio parece la habitación de un “telo”, a causa de su pared color obispo, del acolchado, sus almohadones, sus espejos y su despersonalización. Los perfumes perfectamente acomodados sobre un estante son la única muestra de que es un lugar habitado y no uno de paso. El resto permanece impersonal y minimalista.
Dormir sobre ese colchón fue como estar en el paraíso. Pero con el paso de los días noté que el mismo comenzaba a marcarse, dibujando el contorno de mi cuerpo, hundiéndose levemente sobre el lado derecho de  la cama. La solución vino enseguida: para equilibrar dormí dos meses sobre el otro lado, tomando la precaución de cambiar también la almohada que venía padeciendo el mismo dibujo pero de mi cabeza.
Alguien me dijo que debía rotar el colchón, de esa forma lo conservaría lo más intacto posible. Y así lo hice. ¿Es eso acaso una manía? No lo creo. Pese a todas mis precauciones el colchón se había ahuecado ligeramente en los costados, eso sí, de forma pareja. Pero en el centro quedaba una delicada lomita que me desagradaba mucho. Para emparejar, estuve tres meses durmiendo el centro de la cama, conteniéndome con almohadones a ambos costados de mi cuerpo para evitar desplazarme hacia los bordes durante el sueño. De esta manera logré que mi somnier luzca como nuevo y se sienta parejo.
Por cosas así me tildan de obsesivo. Tengo una rutina semanal. Lunes, miércoles y viernes cepillo mis dientes con Sensodyne y el resto de los días lo hago con Dentabrit. Me gusta que mi dentadura se vea blanca y se conserve sana. Mi odontólogo apoya este tratamiento. El mismo cuidado le dedico a mis oídos y pese a todas las recomendaciones uso hisopos tres veces a la semana en días programados.
Mis pies también son objeto de sumo cuidado, estoy parado sobre ellos todo el día. Por eso no me fijo en gastos cuando de comprar zapatos se trata. Baños antihongos y escofina para quitar las durezas dos veces por semana, y masajes con hidratante al menos una vez cada tres días.

No es que viva para el cuerpo, pero así como cuido las cosas de mi hogar lo hago con mi salud. Tampoco me lleva gran esfuerzo, es una rutina más, como la de ir al gimnasio, pagar las cuentas del 5 al 15 o la de ordenar las alacenas los días 8 de cada mes.
Amo los números pares pese a que nací día, mes y año impar. Ni aún sumando todos los dígitos da par, pero es lo que hay. Uno nunca está conforme con lo que tiene. Por eso a la hora de comprar departamento elegí numeración y piso par, y creo que valió la pena porque el lugar me satisface.
Soy de los que verifican que la perilla del gas esté cerrada y aprieto las canillas para que no goteen. También controlo la alineación de las patas de las sillas, de la mesa, de la cama, que deben coincidir con las juntas de los cerámicos, todo en perfecto ángulo y armonía. Me molestan los desajustes visuales.
Por eso no soporto las mesas redondeadas con patas redondeadas, las únicas curvas que me gustan son las de la cadera de una mujer, y si culminan en piernas largas, tanto mejor.
Y hablando de mujer, sucumbí a los encantos de una. Mes y medio estuve persiguiéndola, enviándole señales que nunca llegaban a destino o que ella interpretaba de manera errónea. Le envié chocolates, mensajes, le escribí una tarjeta, hasta un libro que era de su agrado leí para tener tema de conversación. Pero ella no entendía mis verdaderas intenciones, ¡hasta llegó a confesarme que creyó que era puto!
No sé cómo logré conquistarla y cometí un gran error, violé todas mis reglas y códigos: la invité a dormir a mi casa. Mi hogar, mi inmaculado hogar era mancillado con la presencia de una mujer, que no sólo se quedó una noche, sino varias, para peor, con mi consentimiento.
Le permití dormir en mi cama, tocar mi mesa, usar mi baño y mis elementos más íntimos. Hurgó en mi biblioteca, desparramó arena en los cerámicos impolutos de mi living, apoyó vasos sobre la mesa, usó mi teléfono y desparramó su ropa en total desconcierto sobre el suelo.
En un arranque de locura, seguramente debido al buen sexo que tuve con ella, la invité a que nos ducháramos juntos, y ella accedió. ¡Qué horror ver sus cabellos en la bañera! No puedo dejar de preguntarme por qué mi vida comenzó a ser un caos con su llegada. La cama permaneció tres días sin tenderse y ni siquiera cambié las sábanas; mudos y arrugados testigos de la pasión que nos enlazó durante ese fin de semana. ¿Cómo pude llegar a tanto? Nunca mujer alguna se había afianzado de esa manera en mi refugio. Lo peor es que quiero que vuelva.




viernes, 12 de abril de 2013

FERIA DEL LIBRO DE BUENOS AIRES.

SE VIENE LA FERIA DEL LIBRO, ESE SITIO DE ENCUENTRO E ILUSIONES DONDE PODRIA PASAR HORAS RECORRIENDO STANDS Y BUSCANDO LIBROS.
LA FERIA SIEMPRE FUE ESPECIAL PARA MI, EN ELLA TUVE EL PLACER DE CONOCER PERSONALMENTE A FLORENCIA BONELLI LUEGO DE MUCHOS INTERCAMBIOS DE MAILS.
GRACIAS A ELLA FLORENCIA ME CONTACTO CON GLORIA V. CASAÑAS Y TRABAMOS UNA AMISTAD DE ESAS QUE TE HACEN IR A DORMIR CON UNA SONRISA EN EL ROSTRO.
ALLI TAMBIEN VIVI MIS PRIMERAS ILUSIONES RELACIONADAS CON LA PUBLICACION DE MIS NOVELAS, FUE EN UNA FERIA DEL LIBRO QUE GLORIA  ME PRESENTO A SU EDITORA, HOY MI EDITORA.
Y LAS LECTORAS, ENTRE LAS QUE ME INCLUYO, FIELES SEGUIDORAS, CARIÑOSAS, PRESENTES Y ENTUSIASTAS. GELLY CABALLERO, ANDREA VAZQUEZ, MERCEDES GIUFFRE, Y TANTAS OTRAS QUE TAL VEZ HOY SE ME ESCAPAN DE LA MEMORIA.
RECUERDO ESA TARDE, HACE VARIOS AÑOS ATRAS EN QUE TODAS COMPARTIMOS CAFE CON TORTAS EN UNA CAFETERIA DE LA FERIA. 
Y EL AÑO PASADO, MIENTRAS SE COCINABA TORMENTAS DEL PASADO, CON MI AMIGA LA ESCRITORA LAURA MIRANDA, A QUIEN TAMBIEN CONOCI GRACIAS A LOS LIBROS, ESTUVIMOS ACOMPAÑANDO A GLORIA EN SU PRESENTACION Y RECEPCION DEL PREMIO AL LECTOR DE LA FERIA DEL LIBRO.
DE MANERA QUE LA FERIA TIENE UN LUGAR ESPECIAL EN MI CORAZON.
ESTE AÑO, CON ENORME ALEGRIA Y NO SIN UN POQUITO DE TEMOR, ESTARE ALLI, YA NO COMO LECTORA SINO FIRMANDO EJEMPLARES DE MI PRIMERA NOVELA PUBLICADA, TORMENTAS DEL PASADO.
LA CITA ES EL VIERNES 3 DE MAYO A LAS 17 HS EN EL STAND DE LA EDITORIAL RANDOM HOUSE MONDADORI.
¡¡¡LUEGO NOS IREMOS CORRIENDO A ESCUCHAR A GLORITA!!!

LOS ESPERO A TODOS.