miércoles, 14 de julio de 2010

LOS CUARENTA



Soy optimista, creo que llegaré a los 80. Por tanto, estoy en la mitad de mi vida, ¿cómo no celebrarlo?

Los cuarenta me trajeron nuevos aires, nuevo rumbo. Punto de inflexión.

La madurez de a poco se fue asentando en mí, aunque sigue luchando contra esa jovencita curiosa que no fui, y que apareció en mi vida tardíamente.

Extraña mezcla de mujer y adolescente, me guste o no.

Mi adolescencia pasó sin que me diera cuenta, jugando a ser adulta, asumiendo roles que no eran oportunos.

Inversamente, a la fecha, cuento con una gran cuota de ingenuidad juvenil, no la de las jóvenes de hoy, que han perdido la inocencia prontamente.

Muchos sueños se estrellaron contra la pared indiferente de la realidad, más sigo soñando.

La vida es sueño… dijo Calderón de la Barca.

¿Qué sería de nosotros sin ese margen para la fantasía?

La risa de a poco va encontrando su camino.

Los gustos, mis gustos, van saliendo lentamente de la caverna de la censura.

Y estreno cada día una ilusión, y estreno cada día un desafío.

Y aunque la piel no tenga la tersura de antaño, es la misma piel que puede sentir la caricia.

Y aunque los ojos estén bordeados de pequeñas cicatrices de tiempo, conservan el mismo brillo intacto de la esperanza.

Y si de mi boca brotan palabras duras, también florecerán inolvidables besos.

La vida me trajo, esta tarde de lluvia, el perfume de un recuerdo añejo, casi olvidado.

Ese aroma a peligro, ese latir indómito, manos blancas, boca trémula.

Todo es sentir, más no arriesgar.

Ya no espero, avanzo.

No más ganas de llorar en esta tarde gris.

Que sirva el gris como aliciente, preludio del sol en la mañana.


Alexia

sábado, 10 de julio de 2010

PARA VOS


De a poco vuelven las palabras al verme reflejada en esa otra.

Esa otra que llora por amor, desengañada.

De a poco la bruma se disipa y vienen, en pequeñas oleadas, las ideas, al sentir a esa otra destrozada.

El brillo de sus ojos no es el mismo y el temblor de su boca, otrora anhelante, me hablan de dolor.

Qué ganas de decirle: ¡no lo vale!

Sin embargo, sólo el tiempo y la distancia la arrastrarán a otra orilla, su barco enfilará sus velas hacia un nuevo horizonte, despejado y rico.

Apenas dio sus primeros pasos en la comedia y cayó, sin estrépito.

Sé que es fuerte, que no bajará los brazos, y confío en que sus ojos de ese color tan indefinido, brillarán nuevamente.

La desazón la arrastrará hacia el pozo más oscuro, para resurgir convertida en mariposa, colorida y resuelta.

Las lágrimas que ruedan hoy por sus mejillas regarán la tierra donde crecerá, fuerte, la nueva semilla de la esperanza.

Y cuando otros brazos la envuelvan, sabrá que ése es su lugar en el mundo.

Y cuando otros labios la besen, sentirá morir y renacer en el mismo instante.

Para N.R.D.