jueves, 24 de febrero de 2011

UNA TALLA


Sola llego a mí, nuestros caminos se habían cruzado,
viva estaba en la naturaleza,
En su interior palpitando!
Lentamente, con cuidado, poco a poco,
su silueta fue aflorando.

Me la imagino soñando, con la cabeza al soslayo
Una mano apoyada en su frente,
y una pluma quieta en la otra mano.
Solo una duda me intriga,
Ella en quién estará pensando.

Una curva, una veta, un declive un plano,
la silueta ya se marca en contraste, sobre todo lo llano,
Siguiendo su profundidad, surgen,
perfumes que nunca, había imaginado.
Un arco iris de marrones y rosas,
por momentos un silencio manso.

Unas herramientas, algo de viruta y un banco,
Mis manos cortan, lijan y dan acabado.
En uno de sus brazos, se enreda,
el humo de mi tabaco,
Como un velo la cubre,
Concluyo, en que es un encanto!

Terminada y frente a mí,
pareces vida cobrar.
Como en sueño lo había fantaseado!
Solo resta que te marches,
quizás, con quien estabas pensando.
Suerte del camino hallarte,
Afortunado Yo, de haberte tallado!
Ahora,
Prosigo y callo.


Carqueixo 23-02-2011

BAHIA BLANCA


Hace tiempo zarpó,
Se encontró Capitán de su nave, en un atardecer, donde descubrió el asombro, la luz y el desconocimiento.
¡Ya no sabe cuánto hace y mucho no le preocupa!
Solo el blanco, que a sus sienes pinta, y en la testa asoma. Le lleva la cuenta.
Navegó por mares calmos, más no faltaron tormentas, atravesó unas cuantas, ya no las recuerda.
Aún, por su interior corren ríos de vida, que por los imbornales desembocan al mar,
siempre al mar.
Se lamenta !
El casco, ya siente averías, pero a la mar, se renueva, la arboladura se muestra sobria, casi intacta,
una jarcia de tejido la mantiene, su vela esconde secuelas de mil soles y algunas batallas.
En su obra viva, triunfos hubo, cuatro, una Ondina y tres Tritones.
Derrotas ya no recuerda cuantas, en la bitácora para eso están! y ahí se quedarán!
Siempre capitán, siempre en su barco.
Su bandera es su divisa y su fe!
La mar le ofrece rumbos, el tiempo se los infiere,
El los sana y retoma el viaje,
Navega sano, libre, jugando con las olas, escoltado por argonautas.
La deriva la conoce, el destino no, quizás Lantarón de seguro lo fijó.
La cruz del sur le marca el rumbo, sabe que los mares hacia ahí, en su final, embravecen.
Hace tiempo busca donde recalar,
Sirenas y Náyades lo tentaron, el sordo continúo en la mar,
Busca protección y proteger.
Aún busca recalar.
Quizás en una ensenada, tal vez una bahía,
Confía que Neptuno en su arte haya labrado una.
Donde espera su Nereida.
Un lugar seguro, de atardeceres mansos, de espacios y descansos,
¡Aún confía en Neptuno!
Tan solo por tres minutos, o esperando la Aurora, o por el resto de su vida,
Si, en su bahía,
Una Bahía Blanca!

Carqueixo, 21-02-2011

miércoles, 23 de febrero de 2011

DELIRIO

Necesito ahora un cuerpo blando donde recostarme, apoyar mi cabeza arremolinada, cerrar mis ojos húmedos y dormir.
Pensé en vos, sabiendo que es una locura, presintiendo tu adoración por mí, reconociendo una extraña atracción por vos, que me llena de dudas.
No sos el modelo de mis sueños, más cierta intriga me inclina hacia tu recuerdo, me lleva hacia tus palabras, hacia tus consejos.
Sé que es una locura pensarlo, pero me sentiría segura en el refugio de tus brazos, en la paz de tu experiencia, en la serenidad de tus años.
Aunque sé que con el tiempo intentaría cambiarte y eso empañará lo que pudo seguir siendo una linda amistad
.

lunes, 21 de febrero de 2011

PARA ALMA


Vivía de ilusión en ilusión, creyendo siempre, que sería la última. Mas el espejismo duraba poco y se desvanecía con el aliento del último beso.
Sólo un hombre ocupaba su alma, no así su cuerpo que ella ofrecía a quien lo reclamara, tal vez para castigarlo a él por no amarla.
Día a día aguardaba la señal, el mensaje, la llamada, ésa que la sacaría de la abulia del no sentir, porque se había endurecido tanto que temía no volver a dejar que su piel se estremeciera, que su boca temblara por la proximidad de otra boca, que sus ojos se iluminaran como antaño, como cuando él se acercaba con su sonrisa un poco torcida, tocándose los cabellos que siempre decía estaban o demasiado largos o despeinados.
No recordaba cuál había sido la última ropa que se había puesto para él, pero sí sabía cómo había sido el último abrazo, ese que le quedó grabado en el alma, porque ella sabía que era el último, no así él, que cómodamente aceptaba besos y caricias, creyendo que el amor de ella alcanzaría para los dos, que sería suficiente dejarse arrastrar por su cariño incondicional, por su risa loca y fresca que resplandecía alumbrando a sus ojos oscuros con un inconfundible deseo contenido, porque a veces parecía una niña ansiando un chocolate.
Él disfrutaba de ella y con ella, viéndola reír y correr por la orilla, levantando el vuelo del centenar de gaviotas que se reunían al atardecer para picotear lo que había quedado sobre la arena.
El viento la despeinaba y sonrojaba sus mejillas, ésas mismas que él recorría cada noche con sus dedos torpes y ásperos, esos mismos que ella amaba por su rudeza. No me gustan las manos delicadas, le dijo una vez, y él creyó que era para conformarlo. Sin embargo, ella veneraba esas manos que además de acariciarla la contenían y abrigaban de las tormentas de su alma, que amenazaban con ahogarla.
Más todo había quedado en un recuerdo, al principio dulce, con sabor a nostalgia, que con el paso del tiempo, al ver que él no volvería, se transformó en un rencor amargo, y ella comenzó a castigarlo por su desamor.
Y siguió equivocándose.

sábado, 12 de febrero de 2011

INSUSTITUIBLE


Siempre estoy buscando al reemplazo de tu amor, o más bien de tu desamor, ya que nunca pronunciaste esa palabra, cuando yo la repetía hasta en los sueños.

Me distraigo con cualquier espejismo, me zambullo en aguas que parecen cristalinas, me cobijo debajo de verdes palmeras, me refresco con las brisas de un atardecer frente al mar, más siempre vuelvo a vos.

Cuando me creo segura en otros brazos, cuando me deslizo en otra piel, cuando me descubro en otros ojos, cuando bebo de otra boca, todo sueño dura poco, y vuelvo a vos.

¿Dónde estarás ahora? ¿Con quién dormirás hoy? ¿Por qué no pudiste amarme? Tantas preguntas se arremolinan en mi mente llena de dudas, llena de miedos.

Necesito certezas, certezas que ni yo misma puedo darme, respuestas de mi propio ser que no quiero responder, porque no me gustan. Y la arena que me hunde y me quema, y las lágrimas saladas que arruinan el mate, y el libro que no puedo leer porque las letras se me enredan formando tu nombre, y mis labios que lo susurran cuando menos lo espero, y debo sellarlos para no parecer loca.

Y estás en mis plegarias de todas las noches, junto a mis pedidos de milagros para otros. Y hace quince días que no sé nada de vos, estás cumpliendo tu palabra y mis pedidos, quince días que se me hacen siglos, por no escuchar tu voz de trueno.

Ando por las calles buscando tús números, paso por tu casa en la esperanza de coincidir, más nunca estás.

Mis tácticas no dieron resultado, ninguna de ellas, ni las terrenales ni las otras, y sé que debo dejar caer los brazos, abrir las manos y dejarte partir.


12-02-2011.

lunes, 7 de febrero de 2011

REVISTA RED

En el link adjunto podrán leer la nueva publicación de Editora Digital, la revista RED. Contiene un especial de San Valentin, donde hay un breve relato mío.
Es una revista de aparición bimensual que está hecha a todo pulmón, con mucho esfuerzo y la
colaboración de gente maravillosa.
Agradecemos a quien quiera hacerse eco de esta noticia lo cuente en su blog o página web.


Este es el link para que se puedan descargar la revista:

http://www.editoradigital.info/RED-enero-febrero-2011.pdf