lunes, 13 de julio de 2015

DELTA



ADENTRO.


"El cuerpo ese pedacito de tierra, alrededor. Emoción, río que fluye, calma a primera vista.
Una soga en el fondo que se lleva los objetos, personas, embarcaciones, fuerza agazapada bajo la calma, hambre escondida en la profundidad del cauce.
Busca algo en la profundidad. Algo que la corriente no puede arrastrar.
El cuerpo es atisbo de raíz, parentesco con el árbol.
Algo escondido en los pliegues de los años, del zumbido en los oídos.
Algo añejo, ancestral, del origen en el fondo de la lengua, donde nadie puede ver lo silencioso marcando el pulso de la respiración, las enzimas trabajando, la savia distribuyendo vida.
La isla abre un pliego y muestra la supervivencia.
La pregunta sobre el amor llevó a la pregunta sobre el ser.
En un tren hay cientos de personas. Nos iguala la situación de viajantes, sólo eso.
Irme para irme, irme para encontrarme."

Fedra Spinelli, poeta, periodista.


Les dejo esta voz, una voz que como su nombre lo indica, es brillante. Una voz sensible como toda ella, un río que fluye debajo de su apariencia serena. 
Así comienza Delta, la novela de Fedra Spinelli que con su prosa poética nos lleva a reflexionar sobre el existir.


miércoles, 1 de julio de 2015

Y EL AMOR ERA ESO


Me la encontré en la calle, era media tarde y el frío quemaba los huesos, pero se veía radiante. Tenía ganas de charlar porque ni bien me vio llegar con el auto se acercó y esperó que descendiera. Con la excusa de preguntarme si conocía a alguien que buscara empleados, porque su hijo mayor que tiene 20 años está haciendo sus primeros pinitos, me contó que estaba de novia.
-¡De novia a esta edad! –dijo- Ya sé que es una locura, ¡tengo 45 años! Pero pasó.
Yo había visto que últimamente un nuevo auto dormía en su garaje pero como no soy chusma, o al menos no quiero parecerlo, no quise preguntar nada. Hasta pensé que había cambiado el suyo. Pero no, era del novio.
-Hace cinco años que me divorcié, fue horrible, quedamos muy mal –me contó mientras ambas dábamos pequeños saltitos para menguar el frío- así que no quise saber nada con los hombres. Tuve alguna que otra relación de días, pero yo estaba como un rottweiler, así que mejor que nadie se me acercara.
Reconocí en su miedo mi propio miedo, ese miedo que todas las que hemos pasado agresiones llevamos grabado en el alma. Miedo a sufrir y no poder defendernos, miedo a perder, miedo a entregar y no recibir nada. Miedo a que otra vez tomen nuestro corazón y le hagan agujeritos.
-Todos me querían presentar a alguien como si una mujer no pudiera estar sola –continuó- muy propio del modelo patriarcal en que fuimos criados.
Yo percibía su apuro porque miraba el reloj de manera reiterada, luego supe que tenía que ir a buscar a su hijo menor que salía del colegio. Pero su retraso era menos importante que contarme sobre su novio.
-Nos reencontramos en el verano, vive en la capital, pero vino a pasar unos días.
-¿Reencontramos? –inquirí yo.
-Sí, fue mi primer novio, mi primer hombre –sus ojos de cielo se llenaron de luces y brillos, toda ella parecía un farolito, aún así, despeinada y con su guardapolvo de médica.  Porque mi vecina es una mujer bella por fuera, y más aún por dentro, por lo que puedo vislumbrar en su mirada.
Me contó que el perro rottweiler se fue transformando en uno de peluche, estaba fascinada con él.
-Mirá cómo será que ayer me levanté a las 5 de la mañana para calentarle el toallón, porque tenía que volver a capital.

Y yo me encontré pensando que yo, que odio cocinar, todas las noches preparo la vianda para que mi compañero se lleve al trabajo.


jueves, 21 de mayo de 2015



Te extraño. Una semana sin vos, sin oír tus voces, sin sentir tus sonidos. Sólo letras muertas a través de una pantalla inmóvil. Esta semana sin sentirte fue difícil, mis manos te buscan, mis dedos se desesperan porque no logro hacerte vibrar. Tu silencio me persigue y no consigo que podamos entendernos. Mi boca busca tu oído, te digo palabras dulces y no alcanzo a conmoverte.
Nuestra relación fue complicada desde un principio, sé que nos sos el ideal para mí, llevamos meses de desencuentro. Pese a ello sigo apostando por vos y te doy una nueva oportunidad.

Dedicado a mi celular.


Esto lo escribí el año pasado con motivo de un viaje, cuando mi celular murió ni bien llegamos al aeropuerto.
Pongámosle un poco de humor a la vida...



martes, 19 de mayo de 2015

AL GATO Y AL RATON




No éramos nada y lo éramos todo. Soledad contra soledad, engaño contra engaño, tejiendo letras de ilusiones, escapándonos de nosotros mismos, escondiéndonos de nuestras propias dudas y temores.
No éramos nada y lo éramos todo. Conversación contra conversación, secreto contra secreto, miedos y temblores que se estrellaban contra el teclado, ocultándonos detrás de una pantalla que nos defendía de la tentación.
No éramos nada y lo éramos todo. Y hablábamos de viejas películas que podrían haber contado nuestra historia, o presagiado. Y nos toreábamos y nos desafiábamos, viendo hasta dónde estaba el otro dispuesto a llegar.
Y jugábamos con las palabras y los estremecimientos, con los escasos recuerdos que teníamos juntos y que endiosábamos para que no se derrumbara ese castillo de mensajes que nos rescataba del aburrimiento.
Y fingíamos bromear y nos tirábamos dardos y flores, besos camuflados y preguntas indiscretas por donde queríamos que se filtrara la confesión que nunca llegaría.
Éramos demasiado cobardes, lo habíamos sido en el pasado, yo porque ella me asustó, y ella porque yo la acobardé.
Y veinte años después seguíamos jugando al gato y al ratón.



VOLVER DEL ABISMO

Con mucha emoción hace unos días recibí de manos de su autora, un ejemplar de Volver del abismo. Una novela hermosa, plena de sentimientos, que me hizo reír y llorar a la vez.
Con la generosidad de siempre, con su humildad, con su empuje y perseverancia, Laura G. Miranda no deja de sorprenderme con su prosa poética, profunda.
En un café a las apuradas, como siempre son nuestros cafés, tempranito, aún adormiladas, me hizo entrega del objeto más preciado para una lectora: su libro. Su segunda novela, de las publicadas, porque en verdad esta es su tercera novela. Una novela que le salió de las entrañas y que me conmovió de manera singular, porque supe muy bien los pormenores y los por qués de la misma.
Una novela que tiene un plus, que marca una bisagra en su carrera de escritora.
Con gran emoción vi que figuro entre los agradecimientos, aunque ella y yo sabemos que no hacía falta, allí estoy.
Te agradezco Laura por tanto cariño sincero, por tu don de gente, por esa espontaneidad cuando leés mis proyectos de novela y los criticás constructivamente. Me río mucho de tus quejas por los escenarios que elijo, o esos nombres raros impronunciables. Sé que lo hacés desde tu corazón. Agradezco cada uno de tus gestos para conmigo y para con mis hijos. 

Así comienza Volver del abismo.

"Los recuerdos se les derritieron en el alma del engaño. Bajo sus pies, el dolor ardía su fuerza y era más fuerte que la venganza. Sobre ese dolor caminaban hacia un destino incierto. La mentira los hería de muerte, de olvido y de sinsabores. Comenzaron a hundirse en el vacío que los acompañaría por mucho tiempo."

 No pueden dejar de leerla.


 
 

viernes, 15 de mayo de 2015

RENACER DE LOS ESCOMBROS.

 SINOPSIS

Durante el terremoto de San Juan de 1944, que destruyò casi el 90% de la ciudad, nacieron vínculos forjados por el desamparo. Niños huérfanos, familias desmembradas, una hombre que parte en busca de sus sobrinas robadas, una mujer que asiste a la boda de su amor imposible, un hombre atormentado por el rencor ante el arrebato de lo que màs amaba, una mujer que lucha por su vida ante una enfermedad mortal, una pareja de adultos en la duda de una segunda oportunidad dan vida a esta novela donde todo es destrucción.
Los personajes deben reconstruirse a sì mismos en medio de las ruinas de una ciudad.
Una novela que es pura esperanza.


 Y si quieren ver un poquito más... aquí les dejo la dirección de Youtube para que puedan ver el booktrailer....

https://www.youtube.com/watch?v=RCCPmGZeTCY

CINCO RAZONES



Tengo como mínimo cinco razones para no quererte.
Cinco grandes razones que imponen una reja entre los dos.
Por entre sus finos barrotes se cuela el deseo. Puedo sentirlo ni bien te veo llegar y aún antes, cuando mis ojos se desvían constantemente hacia las puertas por las que espero divisarte. Se me agiganta el pecho y se me ríen los labios cuando te acercas a mí, con ese andar apurado, casi gracioso, cuando extiendes la mano que acariciará mi espalda por escasos minutos en un roce casual. Se me estremece la piel al contacto efímero de tus dedos y mis dedos buscan con ansias tocar tu cuello. La respiración se acelera y me tiembla el cuerpo, y finjo que es el frío para no delatarme.
Entre charlas intrascendentes intento captar tu atención, que sé que tengo. Entre confesiones y dudas busco acercarte a mí, sabiendo que tienes tanto miedo como yo.
El tiempo se hace corto y viene la distancia. Te busco entre la multitud, simulo no hacerlo pero mis ojos te siguen como si quisieran arrástrate hacia mi cuerpo, fundirte en mi piel y convertirnos en esa miel que fuimos años atrás.
Ansío tu boca como sé que tú deseas la mía mientras jugamos en esa danza de cuatro. Le escapo a tu mirada como tú escapas a la mía, porque tú sabes también que hay como mínimo cinco razones para no quererme.