jueves, 23 de junio de 2011

EQUILIBRIO



Cómo encontrarte?
Si cada vez que te busco
me pierdo en las sombras rectas de una figura
que desconozco…
Cómo encontrarte?
Si la sensualidad con que me provocas
me lleva al otro lado
y desapareces entre raras formas
que se sumergen en profundidades
mas abstractas
mas recónditas…
Cómo encontrarte?
Sigo a la recta que me marca tu sentido
vuelco vanidades en el pozo del hastío
como espejos necesarios



ANALIA WETZEL



Editora de Cultura Fusión Editorial.



Escritora. Pintora.



jueves, 16 de junio de 2011

ESTRENAR


Estrenar siempre y entrañablemente
una mirada tierna que explique sin palabra
una palabra exacta que acaricie sin manos
unas manos amigas que apoyen sin presencia
una presencia cautivante que invite muda al éxtasis
un éxtasis perfecto que convalide una sonrisa
una sonrisa inefable que dinamite ásperos puentes
puentes ambiciosos que acerquen a nuevos sueños
sueños salvajes que respiren formal poesía
una poesía mujer que prefigure un sorpresivo viaje
un viaje hombre que conmueva el corazón del infinito.
Estrenar siempre y misteriosamente
un milagro ausente que dignifique pálidas heridas
heridas sanas vestidas de fiesta que no sientan dolor
un dolor breve transformado en indemne cicatriz
una cicatriz etérea que desborde espontánea risa
una risa estruendosa que celebre algo irresistible
algo irresistible que conlleve lo inevitable y bello
un bello rostro que edifique un deleite ante los ojos
unos ojos sinceros que vean dentro de los sentimientos
sentimientos impetuosos que ensayen indelebles huellas
huellas sensuales que dejen al amor sugerido el camino.
Me encanta estrenar euforia fantástica
con experiencia atávica en la meta
cada día.
Me fascina estrenar ilusiones sublimes
con urgencias colgadas en la marcha
cada noche.
Porque es poesía estrenar la vida a cada instante
como un huracán orgulloso, altruista e irreverente
que trasciende rebelde entre los grises urbanos
con destreza sutil y poderosos deseos plateados.


LAURA GIUDICI. "VIAJANDO SUEÑOS". EDIT. CULTURA FUSION.


domingo, 5 de junio de 2011

DOMINGOS




No me gustan los domingos
tienen gusto a fin que nunca termina
detesto sus sonidos, sus previsiones
su ausencia de azares posibles
nada bueno ocurre los domingos
más que las rutinas estériles.
He tratado de invertir la agonía seca
que ineludiblemente me llega lenta
una demoledora vez cada semana
como un hilo letal que se apodera
hasta de mi imprevisible inspiración.
He vencido algunos procurándome el misterio
de una mañana diferente, de un día infinito
saciado de emoción, de locura, de sorpresas
de orgullo, de carcajadas, de poemas.
Concibo los domingos de mi vida
con la sustancia de un secreto mayor y mejor
que los secretos todos del universo.
Tergiverso su adn profético
para que no muera mi capacidad de disfrutar
para que no duerma mi voluntad de sonreír
para que no despierte mi miedo de olvidar
Obstinados los domingos insisten en su atávico exceso sepulcral.
Caprichosa mi alma victoriosa insiste en su atávico deseo visceral.
Preludio, pasión y memoria de algo bello
a fuerza de arbitrio sintetizan ahora ese día.
Eludiendo mi convicción primera inevitable
condecoro mi manera de transmutarlos parcialmente.
Ya que al final del célebre viaje
el domingo es y será día de muerte.
El domingo es irremediablemente día de muerte
aunque negocie con él un tramo de mi vida.
Yo al menos moriré en paz un domingo
inmersa en un gran sentido de la oportunidad
convirtiéndolo a su pesar en un día distinto.






LAURA GIUDICI. "VIAJANDO SUEÑOS." Edit. Cultura Fusión

miércoles, 1 de junio de 2011

EL REVES DE MI SONRISA



Estuve mirando hacia dentro y vi el revés de mi sonrisa, ésa que muestro al mundo entero. Más… lo que había dentro era atroz.
Un desierto inhabitado reinaba en el lugar. Las flores que por fuera engalanaban mi rostro no tenían raíces, sus tallos flotaban sueltos en el aire calcinante, bajo el sol de fuego que me guía y sostiene.
Varios pájaros yacían muertos sobre la arena caliente, sus alas atadas, sus picos cortados, sus patas quebradas. De uno de los nidos habían logrado resistir tres pichones, que habían volado lejos. A fuerza de caerse y golpearse habían emprendido vuelo.
El revés de mi sonrisa, paraje desolado, pocas veces florecido, siempre lastimado.
Mi boca… mi boca por dentro era igual de triste. En otros tiempos había proferido palabras de amor, más de poco habían servido. Ahora lucía con los labios resquebrajados y sellados con un rictus amargo. Se había enfrentado a barreras, humillaciones y besos amargos con estoicismo, pero ya nunca más.
Lo peor era el revés de mis ojos… esos ojos que otrora brillaran con una mezcla de picardía y entusiasmo. Parecían de fantasía, fijos y secos. Antes solían llorar, ya fuera por alegría o por tristezas, ahora se habían secado para siempre. La inexpresividad se había apoderado de ellos para jamás liberarlos.
Ahora, espero el viento.