domingo, 30 de mayo de 2010

FALSOS BRILLOS


Mi amigo estaba desolado. Su novia, a quien amaba profundamente, acababa de abandonarlo, no estaba segura de querer comprometerse con él. Hacía días que venían discutiendo, peleas sin sentido, malhumor por parte de ella, reclamos infundados, todo para encubrir la realidad: no lo quería.Pese a ello, Diego se empecinaba en buscarla, la llenaba de obsequios y promesas que caían en el vacío de su desamor.Esa tarde, él hizo el último intento: corrió hacia una cabina telefónica y marcó el número repetido tantas veces en su mente. Su nombre lo llevaba grabado en la garganta y amenazaba en cada suspiro escapar de sus labios: Laura. Al escuchar su voz al otro lado de la línea Diego se estremeció: la misma cadencia, el tono sensual con un dejo de melodía, ese siseo que sólo ella podía esbozar. Tembló antes de hablar, un sudor helado corrió por su espalda, era su última jugada. “Laura”, musitó. Ella, fría e indiferente, ya situada en el otro lado del muro, respondió con hartazgo.Los grandes ojos de Diego comenzaron a nublarse, desvió la vista de la blanca pared y descubrió una medallita de oro que, brillante como un sol en ese triste atardecer, lo llamaba, impasible, desde el suelo.A medida que las palabras de Laura lo apuñalaban sin piedad, el corazón de Diego se anestesiaba. Cuando la ingrata culminó su retahíla de reproches y colgó abruptamente, Diego quedó inerme durante unos cuantos minutos. Lentamente, se estiró hacia la joya que lo aguardaba en el suelo. Ni bien posó sus dedos sobre ella, advirtió el engaño: así como Laura no era como él la había idealizado, la medalla no era otra cosa que un trocito de papel dorado.

Basada en una historia real de mi amigo Diego O.

5 comentarios:

  1. gustavo bacigalupi1 de junio de 2010, 6:42

    EXCELENTE NARRACION; vibrante y con emoción, aunque es una triste historia.......

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  2. Gracias Gustavo!!! triste pero real, le ocurrió a un muy buen amigo hace ya unos años...

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  3. Muy triste, como que a todos nos ha ocurrido u ocurrirá alguna decepción, aunque tal vez no tan fuerte.

    Preciosa narración, encantada de descubrir este rincón.

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  4. Aglaia, qué hermoso nombre. Gracias por participar de mi rinconcito para liberar el alma. Ya me apunté en el tuyo. Un cariño, Alexia.

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  5. hola ,alexia,me hiciste estremecer con el relato
    un placer leerte como siempre,aunque sean historias tristes

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