domingo, 13 de noviembre de 2011

DIA 31

Día 31, ella lloró por primera vez en el momento de la pequeña muerte. Extraña comunión jamás sentida y siempre añorada.
Él tiene una sonrisa de niño que deja ver cada vez más seguido, mezcla de timidez con dejo de inocencia. Ella obtuvo una foto de esa sonrisa, mal encuadrada, torcida y de lejos. Más no importa, sabrá acomodarla para lograr un primer plano perfecto para sus momentos de angustia impar, cuando la ansiedad le talle las sienes y le perle los ojos, sin motivo y sin respiro.
Él le dio todos los gustos y la elevó a los cielos. Bebieron el vino en sus bocas y en sus cuerpos, se saciaron de él y arrasaron con la escasa cordura que les quedaba, dando paso a una locura racional y equilibrada, donde él ponía distancia cuando hacía falta y la acortaba cuando ella intentaba escaparse.
A él le gustaba hacerla reír, ya que ella lo hacía poco, siempre decía que no tenía sentido del humor, no sabía hacer bromas ni aceptarlas. Estaba siempre a la defensiva, secuelas de antiguas heridas, que ella afirmaba estaban cerradas, más de las cuales a veces brotaba una línea de sangre.
Él solía ser irónico, ácido, crítico, y ella a veces replegaba sus alas, no quería ser materia de análisis, demasiado la había estudiado él antes de bajar sus defensas y permitirle entrar a su mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿QUE OPINAS? ¡QUIERO SABERLO!